Dentro de Souk.










Fotos de ciudades que he visitado
Aparte de ser un gran atractivo turístico, la ciudadela de Aleppo es considerada como uno de los monumentos de arte islámico más importantes de Siria.



Desde lo alto de la Ciudadela se puede ver la ciudad de Aleppo.
Para poder ingresar a la ciudadela se tiene que cruzar por un puente que atraviesa un tremendo foso que rodea la construcción. Cruzamos por este puente inclinado soportado por siete arcos altos y estrechos hasta llegar a una gran puerta fortificada.


Al igual que en Damasco, el califa Al Walid edificó la gran mezquita en Aleppo. Fue reconstruida en 1129 por Nur al-Din.
Después de varias reconstrucciones, lo único que quedó de la construcción original fue el minarete de 47 metros de alto. Desde 1090 que se mantiene en pie y está conservado en óptimas condiciones. El minarete sobrevivió dos grandes terremotos y en consecuencia quedó ligeramente inclinado como la torre de Pisa. Cuenta con seis secciones y tiene 174 escalones en perfectas condiciones lo que es sorprendente por ser tan alto y tan antiguo y ya casi tiene mil años. Lamentablemente está prohibio subir.
Dentro de la Mezquita se encuentran los restos del profeta Zacarías, rey de Israel y padre de Juan Bautista. Se dice que sus restos fueron encontrados en el siglo 11 y traidos a Aleppo para su conservación. En temporadas altas es casi imposible llegar a la camara donde se encuentra enterrado este profeta por la cantidad de gente que quiere verlo.
Escalera de madera tallada de donde se lee el Corán..
La entrada principal a la Mezquita .
Los niños jugando.
Esta es la salida de la gran Mezquita de los Omeyas en Aleppo.


El 4 de Marzo de 1193 tras una corta enfermedad, Saladino muere en Damasco donde fue enterrado en un mausoleo situado en un pequeño jardín junto a la Gran Mezquita de los Omeyas. En el interior del pequeño edificio,se encuentran dos tumbas, la original de madera y muy sencilla que es donde el gran guerrero fue enterrado, y la otra un adornado baul de mármol blanco, regalo del Kaiser Wilhelm II de Alemania a fines del siglo 19, para sustituir a la original que estaba muy deteriorada por entonces.